Nadie te enseña a vivir

¿Qué significa vivir en piloto automático?

Llegué a confundir "estar viva" con simplemente seguir funcionando, levantarme, hacer lo que tenía que hacer, intentar cumplir, y al final del día, acostarme con la única sensación de haber sumado otro día más a la lista. Sin propósito, sin disfrute real; solo rutina y agotamiento.

Pasé años sobreviviendo, no era resiliencia, era pura inercia, lo peor: pensaba que así era la vida, que a todos les pasaba y que había que aguantar porque, bueno, “la vida es difícil”.

El punto de quiebre: cuando el sistema colapsa

Un día el sistema explotó, como tenía que pasar, el cuerpo ya no daba, la cabeza menos. Me vi en la obligación de admitir lo obvio: llevaba años caminando con las luces apagadas y pretendiendo que veía algo (no veía nada).

Y ahí, en medio de todo el derrumbe incómodo, entendí lo que nunca había querido admitir: yo sola no podía salir de ahí.

Pedir ayuda: el paso que cambia todo

Hice lo que no estaba acostumbrada a hacer: pedir ayuda, soltar el ego, aceptar que no tenía ni puta idea de cómo funcionaba esto de estar bien. Y sí, cuesta porque arreglarse no es bonito, ni rápido, ni épico. Es incómodo, humillante a veces, pero necesario.

Lo más inteligente que se puede hacer cuando el peso ya no se puede cargar solo es hablar en serio de lo que uno siente, dejar de fingir que "está todo bien" cuando claramente no lo está.

Cómo es realmente "estar bien"

No, no es estar feliz todo el tiempo. No es andar flotando por la vida como los influencers iluminados.

Estar bien es poder respirar sin sentir que algo te aplasta el pecho, es emocionarte con cosas simples, disfrutar sin sospecha, y enfrentar el día sin el miedo constante a colapsar otra vez, es tener espacio mental, no sentirse secuestrado por la angustia.

Estar bien es que lo malo no te coma entero y lo bueno no te parezca un error de sistema.

Vivir no es aguantar. No es acumular días. Es poder mirarte al espejo sin tener que negociar con tu propio reflejo todos los días.

Es poder decir: hoy estoy bien. Y si mañana no lo estoy, sabré qué hacer.

Estar bien —de verdad— no debería ser un privilegio, debería ser lo mínimo.

Hoy no soy mejor persona, ni una versión 2.0 de mí misma, soy la misma, pero con menos peso encima. No es un resultado para decirle a nadie "si yo pude, vos también", el proceso no es por ahí. Lo que sí puedo decirte es esto: después de haberme acostumbrado al peso constante, hoy camino más liviana. 

Aprender a vivir después de años sobreviviendo no es un camino recto, ni rápido, ni perfecto, pero es posible y vale la pena.

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios